el viento soplaba con calma. quizás con mucha tranquilidad, tanta que el ente se sorprendió de aquello. volvió a abrir los ojos para despertar otra vez en el mismo lugar. alli, frente al océano, encima de la arena, sobre la arena, con la arena... claro, él era de arena! era extraño que en estos días tanta calma abundara por ese sector. era época de verano, y los traunsentes deambulaban de aquí a allá en todo momento. la gente gustaba de ir a esos lugares por su cálida vista que le envolvía. el mar era una droga.. una verdadera droga. se preguntaba, el hombre de arena, porqué hoy la bahía lucía tan pobre de gentío. ese era un indicio, un indicio de algo nuevo para él, pero no sintió eso, y volvió a cerrar los ojos. la brisa se tornaba aun más tranquila... sentía el suspirar de los océanos frente a su rostro. hilos de viento pasaban por su nariz, deambulaban por sus ojos, luego bajaban por su cuello para llegar hasta la columna y colmarlo de placer. suspiró. pasó un rato y la brisa se volvió un poco más cálida y violenta. bruscamente volvió a abrir los ojos, y una fina silueta se poso ante él. una virginal figura de niña hizo una mueca que marcó en el hombre de arena un gesto para él sorpresivo. se asustó, y la niña se agachó, puso bajo su mentón las rodillas. sopló frente a la cara de él y la muchacha volvió a reir. silencio, hasta que se rompió con su voz
-porqué estás acá cuando el día está tan lindo?- le preguntó, inocentemente. silencio otra vez.- di algo, la playa está tan aburrida! quizás tú eres el culpable de esto.
-no, no pequeña. no soy yo.
-entonces?
-em... em...-titubeó. silencio otra vez.
-hola!- dijo la muchacha, y volvió a reir. se paró y comenzó a dar vueltas. tantas que llegó a marearse.-estoy con náuseas. creo que no debí haber dado tantas vueltas.
-siéntante y respira un poco.-le dijo él, cálidamente, como si quisiera protegerla.-de dónde vienes?
-no lo sé. sólo sé que viajo. viajo mucho, y me gusta eso. conozco lugares nuevos, personas y personajes con quienes compartí muchas cosas. creo que soy una niña aventurera, aunque sé que me queda mucho por conocer también.
-no lo sabes?
-no!... noloshe!- pronunció con ese sonido que la hacía aún más niña de lo que era. comenzó a tirar arena débilmente hacia él, haciendo que su cuerpo se alimentara de eso y creciera muy pausadamente. - sabes? siento que este lugar es incomparable. tiene algo que me agrada
-cierto? cierto que es único?-contestó el hombre de arena. -parece ser ineplicable las cosas que hace sentir este lugar! es mágico, he oído. de hecho, lo sé. he estado acá durante muuuuuuchos años! tantos que ya perdí la cuenta. he visto partir a mucha gente de aca, he visto unas cosas extrañas de las que sale gente del mar. dicen que alli "viajan" o algo así. he visto criaturas que jamás pensarás que existen. criaturas como caballos con alas, como peces que salen del mar para luego volar. tambíen he visto bajar desde el cielo algunos seres extremadamente angelicales, pequeñas criaturas que parecieran desaparecer al descender. es maravilloso eso!
-no me bromeas, cierto?
-no, pequeña. es cierto lo que digo. como también es cierto que he conversado con el viento, como también es cierto que el mar me ha hablado. yo, muchachita, soy el hombre de arena. así me suele llamar la gente como tú.
-hombre de arena, dices?
-sí, tal cual lo estás pronunciando. con las mismas pausas y con la misma sutileza y elegancia.- el hombre de arena comenzó a hacer una figura entre sus piernas arraigadas al piso. desde un punto, los dos dedos iban avanzando hacia arriba, para separarse y dar una vuelta que, al bajar, hacía que esos mismos dedos se volvieran a juntar.
-qué haces-dijo ella.
-un corazón. no ves?
-un corazón, dices?
-sí, un corazón. una extraña figura que mucho me gusta. ves como estos dos dedos parten de un mismo punto?
-si, así puedo ver
-bueno, comienzan de allí sin darse cuenta. y mientras avanzan, se separan. pero llega un momento en que algo quiere que se encuentren. y, gradualmente, van avanzando hacia el encuentro con el otro... hasta que... bum!
-jeje, corazón... me agrada eso también. tú me agradas-. y ella movió tanto su boca que la sonrisa más grande fue concebida en ese mismo instante. atónito, el ente pronunció algunas palabras:
-que.. que.. que hiciste?
-esto?- volvió a gesticular.- esto es lo que llaman "risa". no sábes que es eso?
-no, para nada.. risa.. risa.. suena divertido si. como que dan más ganas de....
-reir?-interrumpió-. reir. sonreir... waaaaaa! a mi me encanta eso! yo vivo de esas cosas. me gusta hacer reir a la gente. mira, tengo algo para tí-. y sacó de su bolsillo una esfera roja y brillante con un orificio que calzaba justo en la nariz de él. luego quedó adornada con el regalo que ella le había hecho
-que es esto?
-es una nariz de payaaaaso. ahora tienes un poco más de color. creo que me estaba aburriendo de verte tan... tan.. tan café.
fue allí donde comenzaron las caricias. la muchacha tomo la mano del hombre de arena de una forma completamente "irracional" y se sonrojó. al sentir esto, él también sintió una sensación parecida. agitó fuerte el brazo hacia atrás, desprendiendo de ellos una pequeña lluvia de arena. asustado y anonadado reaccionó de tal forma como si una fuerte carga eléctrica hubiese pasado por su cuerpo.
-sentiste eso?-dijo ella
-sí. y vaya que fue extraño!
se miraron ambos y sonrieron. y, en un movimiento que nació desde dentro de cada uno, entrelazaron sus dedos para finalmente juntar sus manos. él habló:
-muchacha. me sorprendes. he visto gente pasearse por aca.. mucha gente! y nadie como tu me habia hecho sentirme así.
-como así?
-nosé! es extraño para mí. son sensaciones nuevas y únicas. sensaciones que me hacen... "sonreir", como tú dices. nunca antes habia... "sonreído?"-titubeó un poco.-no, nunca antes lo había hecho- una pausa entre los dos se hizo casi eterna, hasta que él recordó algo y se lo hizo saber:
-sabes? recuerdo algo. es que, como ya te dije, he visto muchas cosas durante mi vida acá. y no hay algo tan fantástico que ver a dos personas de la mano.
-dos hombres? dos mujeres?
-no sé! no sé de que hablas.
-yo soy niña, soy mujer. tú eres un.. un hombre o algo así. nosé, eres de arena, pero tienes rasgos que hacen de ti... sí, eres hombre
-ja, bueno, la cosa es que veía a dos criaturas de la mano. se susurraban cosas al oído, se abrazaban y tocaban sus labios.
-sus labios? eso es muy sucio!
-crees tú?
-siiiii!- pausa - o no?
-no, muchacha… no debe ser sucio, porque ambos estaban felices. eso lo podía percibir. tanto el ser de espalda ancha y firme cuerpo, como la figura delicada, frágil y de largos cabellos que bailan con el viento. así como vibran los brazos cuando quieren bailar también.
-de veras? yo nunca he visto esas cosas! viste! me falta mucho por aprender! por eso quiero seguir viajando. sigue hablando, que esto es interesante.
-bueno, como te decía, esa calma, ese cálido sentimiento que salía de ambos llegaba a mi y me alimentaba de eso. era extraño, pero era una rica sensación. se decían... algo así como.. pololos? pololeaban o algo así. creo que así se llama eso. creo que así llaman a "andar de la mano"
-bueno, pues... nosotros estamos de la mano. somos "pololos" como dices tú?
-no, no, no! eso se supone que debe pedirlo uno de los dos. es como una propuesta... un consenso o algo así.
-asi tiene que ser?
-claro, asi! -se miraron fijamente, y los cálidos ojos miel de la muchacha brillaron esperando alguna palabra de él. o, más que una palabra, una propuesta. el hombre volvió a hablar. - Bueno, quieres pololear conmigo?
-si, si, si quiero!-ansiosa la muchacha gritó. tanto así que la calma que había inhundado el momento se rompió. ella quedó algo atónita por su frenética respuesta, y luego, sonrojada, rió a carcajadas.
-muchacha- le dijo él - enserio aceptas mi propuesta?
-si, hombre de un color que ahora tiene dos -tocó su nariz- si acepto. pero, una pregunta... qué se supone que hacen los "pololos"
-bueno... nosé.. cosas de pololos, no?
-jaja, claro que sí. pero qué tipo de cosas! esa es mi duda
-nosé, pequeña. los he visto de la mano, y ya estamos así. los he visto riéndose, y eso es algo que hemos hecho. pero.. pero... muchacha!-gritó él- no hemos hecho algo!
-qué.. qué cosa?
-mira.. pon tu rostro más cerca del mío, que yo no me puedo mover más
-que.. que quieres hacer?
-vén y acércate. cierra los ojos- y la muchacha lo hizo. cerró sus ojos y un movimiento hizo estremecer su cuerpo. él había tocado sutilmente los pequeños labios rosa de aquella niña. de aquella niña que en ese momento sintió que el mundo se caía a sus pies, que el mar se volvía arena y la arena se humedecía cada vez más y se transformaba en mar, sentía que su piel se erizaba, que su ser se envolvía de finos pañuelos de seda y que miles de animales deambulaban por su estómago... todo un zoológico! se volvió hacia atras y media embobada le preguntó:
-eso.. eso que fue?
-eso fue lo que llaman "un beso"
-un beso? oye! porqué hichite echo! -agitaba sus brazos. el hombre rió.
-bueno. eso es lo que hacen los pololos.. o no?
-tú sabes eso! no me digas a mí. nunca antes habia sentido eso
-yo tampoco. si lo había visto, no te voy a mentir. pero me resaltaba esa duda. que sentían ellos que se iban tan plenos y alegres. y vaya que es una sensación única!
-si, es algo inexplicable. creo que son de esas cosas que no se pueden describir, porque hay que vivirlas. siento que quiero vivir eso de nuevo- y agarró fuertemente la cara del hombre de arena para volver a juntar sus labios. ambos sintieron esa chispa, esa fuerte sensación de querer más y de querer que nunca se acabe.
-siento que me agradas mucho. siento que.. que me gustas-ella dijo- sabes que es eso?
-claro, se que significa eso que dices. tu también me gustas... y mucho
-sí... mucho
-demasiado diria yo.
pequeña, hasta aquí quedó la historia. tú sabes como terminarla, y espero que lo hagas.
como muchas cosas más, esto es algo nuestro. pero es algo que ambos estamos creando.
te quiero mucho mi muchachita. mi pequeña, mi niñamulticolor ^^